viernes, 9 de noviembre de 2012

Salto Alto 2012


Siempre he pensado que cada ser humano tiene una misión en la vida, aparte de las que naturalmente nos corresponden, y es la de ser feliz.
Hay que ser feliz en todo estado de causa y a eso hay que dedicarle tiempo. Hace ya casi un par de años, después de mucho buscar descubrí que una de las formas en que se me manifiesta la felicidad es sobre la bicicleta, encontré una Eugenia que pedalea por la vida y por los campos y sobre la bici  llegamos a Salto Alto el fin de semana, Paola, Lameth, Giselle, Roberto, Maite, Odalis y yo, salimos al atardecer  y aunque nos despidió el día,  nos dio la bienvenida una noche maravillosa tras un atardecer impresionante que nos sigue recordando tantas cosas por las que agradecerle al Universo. Atravesamos caminos, encendimos luces, perdimos el rumbo, solo para volver a encontrarlo, nos reímos de nosotros mismos hasta que nos dolían las tripas y hasta muy entrada la madrugada para caer rendidos en un sueno poblado de gansos y de golondrinas.  El amanecer nos tomo por sorpresa con el alboroto de Janiel y Cristal y la calidez de Rafaelina que siempre está dispuesta a apoyar a este grupo de locos que le ha cogido con rodar por la vida y por los caminos de esta isla.
Yasiris nos recibió con los brazos abiertos, tanto que nosotros no queríamos que nos despidiera, aun a sabiendas de que siempre es necesario un adiós para un nuevo encuentro. Llegamos a casa cansados sí, pero con esa felicidad en el alma que nos da vida, que nos envuelve, que nos promete que ya nada será igual, sino mejor.
 La verdad es que si la felicidad tiene nombre y apellido debe llamarse Salto Alto.

Eugenia Rosario

1 comentario:

Anónimo dijo...

Felicidades a ese grupo, siempre es una aventura estar con ustedes.